miércoles, 19 de marzo de 2008

¿cual era tu felicidad?

Recordando tu vida... y en el tiempo que vivimos juntas no recuerdo que te hacia sonreír... de verdad mamá, eras una mujer triste... que lástima no haber sido mayor para comprender tantas y tantas cosas que en ese ayer sólo se iban acumulando ... como recuerdos y que drásticos son hoy... no tienen piedad y se dejan caer como rocas oscuras sobre mi ser ya cansado... pero... nunca con tanto dolor como el tuyo.

Te recuerdo con tu pelo crespo, tu tersa piel... como el de una niña... esos ojitos apenados... tu cuerpo rellenito y tus vestidos... ¡mamá!... que paz en aquellos días junto a la abuela... ella cosía que cosía... ¿mamá que te hacía feliz en ese entonces?.

Cada vez que venías a casa, que era muy a lo lejos, nos íbamos al Puerto y te reías tanto de mí... porque yo me sentía tan alegre... escuchando las tallas de los vendedores de pescado y entre chacota y chacota se nos iba el rato...las bolsas se llenaban con lechugas, limones, fruta y lo principal ¡el pescado fresco!... era tu debilidad... volvíamos a casa cocinábamos y freías el pescado y ahí eras feliz... juntas disfrutábamos ese plato de comida... aquella paz entre nosotras, aquella complicidad de amigas... que será difícil de encontrar nuevamente... momentos compartidos. Y pensar que con tan poco, nosotros tus hijos, te hubiésemos echo ¡tan feliz!...

Te hacía feliz compartir la mesa, preparar empanadas, humitas y las famosas sopaipillas para el desayuno... y que decir de los chicharrones de chancho... que comíamos a escondidas, nos retaban porque decían que nos hacia mal y además eramos cochinas por comer grasa... total mamita... que importa... si disfrutábamos esos panes batidos rellenos de chicharrones con la tacita de té.

Pero hay algo que te encantaba y era cantar , hoy recuerdo tu voz y de tantas canciones que tarareabas en tu soledad, una de ellas es la que me más conmueve "los peces en el río" ... es ilógico para el resto del mundo entender un recuerdo... cuando no se ha vivido... y a mi me basta con sentirte cerca de mí al recordar parte de tu vida...

Sentada en la mesa esperando el plato de sopa caliente hoy vuelvo a sentirme niña en estos recuerdos... los desayunos de día domingo en el patio de nuestra casa... Un recuerdo fantástico es aquel cuando esperábamos el desayuno muy temprano... el olor a la tierra recién mojada el durazno y los claveles del fondo que daban ese toque mágico a nuestro hogar...

Y... ahí vienes tú con una fuente grande llena de huevos cocidos para servirnos ... que griterío se formó... estábamos locos de contentos y tú... estabas maravillosa... eres la mamá más linda del mundo y como tu decías siempre, que yo la mayor -era la hija del amor- y tu regalona, me distes más que a mis hermanos y ellos se taimaron... al final todos reímos y el desayuno se prolongó por varias horas .

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